El Día de Acción de Gracias es el más verdaderamente estadounidense de los días festivos nacionales en los Estados Unidos y está más estrechamente relacionado con la historia más antigua del país.

En 1620, los colonos, o Peregrinos, navegaron hacia América en el Flor de Mayo, buscando un lugar donde pudieran tener libertad de culto. Después de un viaje tempestuoso de dos meses, aterrizaron en el gélido noviembre, lo que ahora es Plymouth, Massachusetts.

Durante su primer invierno, más de la mitad de los colonos murieron de [1] hambre o epidemias. Los que sobrevivieron comenzaron a sembrar en la primera primavera.

Durante todo el verano esperaron las cosechas con gran ansiedad, sabiendo que de la cosecha venidera dependía su vida y la existencia futura de la colonia. Finalmente, los campos produjeron un rendimiento rico más allá de las expectativas. Y por eso se decidió que se fijara un día de acción de gracias al Señor[2]. Años más tarde, el presidente de los Estados Unidos proclamó el cuarto jueves de noviembre como el Día de Acción de Gracias de cada año. La celebración del Día de Acción de Gracias se ha observado en esa fecha hasta hoy.

El patrón de la celebración del Día de Acción de Gracias nunca ha cambiado a lo largo de los años. La gran cena familiar está planeada con meses de anticipación. En la mesa del comedor, la gente encontrará manzanas, naranjas, castañas, nueces y uvas. Habrá budín de ciruelas, pastel de carne picada, otras variedades de comida y jugo de arándano y calabaza. Los mejores y más atractivos entre ellos son el pavo asado y el pastel de calabaza. Han sido la comida más tradicional y favorita en el Día de Acción de Gracias a lo largo de los años.

Todos están de acuerdo en que la cena debe basarse en pavo asado relleno con aderezo para pan[3] para absorber los jugos sabrosos mientras se asa. Pero como la cocina varía según las familias y las regiones donde se vive, no es fácil llegar a un consenso sobre[4] el tipo exacto de relleno para el ave real.

El Día de Acción de Gracias de hoy es, en todos los sentidos, una fiesta anual nacional en la que los estadounidenses de todas las religiones y orígenes se unen para expresar su agradecimiento por la generosidad del año y pedir con reverencia bendiciones continuas[5].