Después de procesar la carne, los huesos y las vísceras, la fracción sólida del producto aún contiene grasas, que pueden eliminarse mediante el desengrasado. Hay cuatro razones importantes por las que se puede requerir el desengrasado en el proceso de extracción: Los efectos positivos en la manipulación de la harina Mejora de la vida útil del producto final Alto valor de las grasas recuperadas en comparación con los sólidos (proteínas) Las directivas legales podrían exigir esta separación.